DiANa, un proyecto para mejorar el tratamiento en pacientes con anorexia
María Fernández del Valle
La Anorexia Nerviosa es un trastorno del comportamiento alimentario con el índice de mortalidad más alto entre las enfermedades psiquiátricas. En las últimas décadas la prevalencia se ha incrementado, y el número de casos, hospitalizaciones y carga asistencial han empeorado con la pandemia. Esto supone una sobrecarga comparable a la derivada de enfermedades como la depresión o la ansiedad. El tratamiento actual se caracteriza por índices de recaída altos que derivan en un fenómeno de “puerta giratoria” donde la enfermedad se cronifica.
Aunque las causas de la enfermedad no están claras, en los últimos años ha cobrado importancia el componente biológico como factor contribuyente al desarrollo y mantenimiento de la enfermedad. A través de estudios transversales, se observa un desajuste general que afecta a diferentes aspectos biológicos (metabolismo, inflamación, epigenética, etc.) o de composición corporal (masa muscular y masa y distribución de la grasa) entre otros. Esta desregulación parece ser mayor en etapas posteriores a la hospitalización.
Seguramente todos hemos oído que la actividad física desmesurada (no saludable) es causante de esta enfermedad y que los pacientes la utilizan como herramienta para perder peso. Sin embargo, sabemos que la falta de ejercicio saludable también es negativa a nivel psicológico y que resulta en una baja capacidad física, una composición corporal pobre en estos pacientes––donde se gana peso principalmente a través de grasa y el músculo no se recupera–– y tiene un efecto negativo en la salud del hueso a medio-largo plazo.
A través de datos científicos, sabemos que el estilo de vida saludable que incluye actividad física saludable y ejercicio individualizado, así como una nutrición sana, son necesarios para mantener o mejorar la salud física y mental. Es más, en estudios iniciales en pacientes con anorexia mostramos como el ejercicio de fuerza con ajuste nutricional es capaz de mejorar la composición corporal, la salud muscular, y la salud mental en estos pacientes. Además, hemos visto que aproximadamente el 75% de los pacientes con anorexia tienen niveles de actividad física bajos yuna condición física pobre que se asocia a una peor salud mental.
A través del proyecto DiANa el objetivo es dar un paso más allá y describir los marcadores microRNA––marcadores sensibles al ambiente que modulan la respuesta génica––y la microbiota intestinal––conjunto de microorganismos residentes en el tracto digestivo––y analizar su relación con los niveles de salud física y mental en pacientes con anorexia. Otro objetivo es analizar, también, el efecto modulador del ejercicio de fuerza en estos biomarcadores epigenéticos y la microbiota intestinal. Los resultados obtenidos con el Proyecto DiANa, tendrán el potencial de abrir nuevas líneas de investigación que contribuyan a incrementar el éxito del tratamiento en pacientes con anorexia y reducir el impacto causado por la enfermedad que es parte de los retos de salud global del Horizon Europe.