Manuel Plaza

Investigador del programa Margarita Salas Junior

 

La luz es un reactivo ideal en química: proporciona la energía necesaria para llevar a cabo transformaciones químicas, puede ser aplicada selectivamente y puede ser usada en exceso sin dejar ningún desecho indeseado en la reacción. En los últimos años, la necesidad de desarrollar nuevas reacciones químicas que sean sostenibles desde un punto de vista medioambiental es un problema de primera importancia que la comunidad científica está abordando. En este sentido, los procesos químicos iniciados con luz visible (fotoquímicos) han atraído en la última década la atención de grupos de investigación muy potentes a nivel mundial: como por ejemplo, el del profesor David MacMillan, premio Nobel en Química 2021.

Dada la novedad de estas reacciones dentro del campo de la Química Orgánica, el potencial de la aplicación de la fotoquímica para el descubrimiento de nuevas transformaciones químicas es muy elevado. En este sentido, la Universidad de Oviedo no contaba con ningún grupo de investigación que se centrara en esta disciplina hasta la llegada de Manuel Plaza.

Manuel Plaza realizó una estancia postdoctoral de tres años como investigador en la Universidad Técnica de Múnich en el prestigioso grupo del profesor Thorsten Bach, uno de los fotoquímicos pioneros del campo. Allí, adquirió un conocimiento sólido en fotoquímica, para poder ahora transferirlo a la Universidad de Oviedo y renovar las líneas de investigación hasta ahora presentes en su grupo de investigación en temas de primera importancia a nivel mundial.

“Es un privilegio poder venir a Asturias a hacer ciencia del primer nivel. Hasta ahora, nadie en la Universidad había tenido experiencia en una disciplina tan importante como es la fotoquímica, así que soy consciente de la responsabilidad que tengo ahora de aplicarla aquí para descubrir nuevas reacciones químicas". Desde la llegada Plaza se ha abierto una línea de investigación completamente nueva en su grupo, basada en la investigación sobre procesos fotoquímicos sostenibles que puedan tener potencial aplicación en el futuro para la síntesis de productos naturales y fármacos. “Aunque sea investigación básica, en la Universidad sentamos los cimientos para que luego importantes empresas farmacéuticas o de materiales apliquen nuestras reacciones en sus síntesis. También creo que es importante que la Universidad vaya dejando entrar progresivamente a gente joven que venga con formación sólida en disciplinas candentes a nivel mundial. Esta es la mejor manera de renovar la plantilla de profesorado, que se pueda dar una formación de calidad y actual al alumnado en la Universidad y prepararlos adecuadamente para el futuro”, sostiene el investigador.

Recientemente, él y su primera estudiante de doctorado, Helena Fernández Piedra, han publicado un artículo científico en la prestigiosa revista Chemical Science. “Ha sido un año de trabajo duro, pero al final hemos tenido una gran recompensa. Esperamos que esto siente ciertas bases y sea el inicio del asentamiento de una línea de investigación potente en fotoquímica en la Universidad de Oviedo que nos permita ganar prestigio a nivel internacional”.